"La innovación es social porque impacta a la
sociedad, genéricamente hablando, es decir, satisface necesidades de grupos
humanos, soluciona con su participación, problemas que inciden en el
mejoramiento de su situación, condición y calidad de vida, o al menos crea las
condiciones favorables para el logro de estos propósitos."
José Lázaro Hernández Gil.
José Lázaro Hernández Gil.
En
una entrevista realizada a el físico Michio Kaku1 le
hicieron la siguiente pregunta ¿es muy difícil venderle ciencias y matemáticas a los
niños?, ¿ayudaría hacer ilegal a la ciencia? a lo que él respondió, hay otra forma de hacer interesante la ciencia
para las personas, en primer lugar,
nacemos científicos, cuando nacemos nos preguntamos qué pasa ahí afuera,
comenzamos pregúntanos por el sol, las estrellas, la vida, que le pasa a los
océanos, al clima, porque tenemos esa llamita de científicos, pero entonces
algo pasa, viene los años peligrosos, esos años peligrosos son la escuela,
primaria y secundaria, ahí es donde literalmente aplastan ese científico innato
de cada uno de nosotros, Eistenin decía
“ cada florcita de curiosidad es aplastada por la sociedad en sí misma”. Esta
entrevista nos da un indicio de la realidad que se vive en el mundo y con mayor acentuación en los
países latinoamericanos enfocándonos
primordialmente en nuestro país.
Por
lo que surge una pregunta, ¿en qué punto pasamos de ser observadores, para ser
creadores? cuando hablamos de conocimiento científico, nos referimos a aquel
tipo de conocimiento que se encuentra muy relacionado con el proceso de
investigación y que se obtiene mediante la utilización de métodos y
procedimientos científicos, que se utilizan cuidadosamente para dar respuestas
fiables a los interrogantes planteados.
A
lo largo de los años, la investigación
científica ha logrado mejorar las expectativas de vida de la humanidad,
¿pero qué factores influyen en el desarrollo de esta actividad?, que
herramientas o estrategias hacen que la investigación científica lleve a cabo
su propósito y que pasa en la realidad venezolana en los actuales momentos.
Primeramente, toda investigación partirá
en el campo educativo, como en el resto de las ciencias, la
investigación se ha constituido en una actividad precisa y elemental, ya que
esta se relaciona con el desarrollo socio económico en los diferentes contextos
internacionales, nacionales y regionales locales.
Aporta
nuevos conocimientos desde la perspectiva epistemológica, política, antropológica,
cultural y tecnológica, no se puede obviar la pedagogía, la administración, la
economía, la industria y todas las áreas del conocimiento, hora bien, al
realizar una investigación, se obtienen resultados y se difunden nuevos conocimientos,
los cuales permiten al educador resolver situaciones desde su propio ámbito.
Cuando
se desea establecer una relación entre la ciencia y la tecnología en los países
subdesarrollados, es necesario incluir temas básicos como: el pasado inmediato,
las tendencias recientes, las características de las organizaciones, el tipo de
gobierno, el papel que juegan las empresas en las inversiones, los progresos de
la ciencia han sido muy rápidos en los países desarrollados; en cambio, en los
países subdesarrollados su adquisición es tan lenta que cada día la diferencia
entre estos países se hace más grande contribuyendo a profundizar la
dependencia de los países subdesarrollados con respecto a los desarrollados. En los últimos veinte años, la mayor parte de
los países latinoamericanos concentraron esfuerzos en el desarrollo de
instituciones y creación de mecanismos financieros, principalmente en base a
subsidios, para estimular la actividad científica.
Asimismo
se hicieron esfuerzos para la formación de recursos humanos, menos énfasis fue
puesto en el desarrollo de áreas como la consultoría y las ingenierías, se
priorizó la transferencia de tecnologías y políticas que establecían medidas
para el control sobre la inversión, el registro de los contratos de tecnología
y el régimen de patentes y marcas, orientando los esfuerzos hacia “una masa
crítica" de investigadores básicos que serían el motor fundamental que nos
llevaría a la generación de tecnologías propias que a su vez impulsarían un
desarrollo económico autónomo y sostenido” .
Tal
vez el fracaso de los países latinoamericanos de desarrollar sus esquemas
propios de desarrollo científico tecnológico radique en la falta de criterios
unificadores y motivaciones de tipo circunstancial, ideológicos y personales, o
en el escaso presupuesto destinado a la investigación y difusión de la misma,
generado en un marco estructural que simultáneamente des-estimula toda
actividad de investigación y propicia la utilización de opciones tecnológicas
extranjeras, dadas las facilidades que otorga la globalidad, sacrificando la
opción de independencia y generación de soluciones alternativas que pueden
preservar su patrimonio nacional.
Tradicionalmente en Latinoamérica, las universidades se clasifican en cuatro tipos:
(a) de investigación, (b) formadoras de profesionales, (c) formadoras de
técnicos y (d) formadoras de cuasi-profesionales. Sin embargo, hay un
componente común a todas ellas y es la docencia, esencia y elemento fundamental.
En tal sentido, El profesional de la
educación tiene que comprender su realidad, intervenirla, tomar decisiones,
producir conocimientos, asumir posición crítica frente a las teorías de la
ciencia y la tecnología. Para transformar los sitios de investigación en tres modelos ideales de Universidad: (a) Investigadora,
cuya misión fundamental es la generación de conocimientos; (b) Generadora de
conocimientos, (c) Productora de Profesionales, cuya misión es la formación de
profesionales que contribuyan con el desarrollo socio-económico del país.
En consecuencia, una buena formación
docente que se dirija hacia la excelencia pedagógica y luego una permanente
actualización deben estar presente en los educadores universitarios, en quienes
resulta importante la adquisición de una sólida una formación académica,
orientada hacia la búsqueda del conocimiento, formación integral y vinculación
de la docencia con la investigación.
Debe,
además, enfrentarse con la información, cada vez más rápida y prolífica, en
este contexto, Venezuela ha experimentado un proceso evolutivo del sistema
educativo durante los últimos 40 años, se aprecia en primer término que el
mismo se ha desenvuelto sobre un escenario político homogéneo, el principal
logro de la democracia venezolana en materia educativa sin duda ha sido la
masificación de la educación en sus primeras etapas, pues hoy en día, todo el
territorio nacional se encuentra plenamente incorporado al sistema educativo, pero,
también es cierto que en los últimos 20 años ha disminuido ostensiblemente la
calidad de la educación impartida en los planteles públicos venezolanos siendo
las causas conocidas la politización de los gremios, falta de presupuesto,
reiterados paros, instalaciones y equipos deplorables, ausentismo por parte de
los profesionales de la educación y desactualización de los diversos programas
educativos los cuales han sido factores que han incidido para que el constante
aumento de la matrícula escolar en Venezuela se haya visto frenado como
consecuencia del crecimiento del índice de deserción escolar.
La
ciencia en Venezuela nace como un ejercicio individual, de aquellos que veían
la actividad como un símbolo de modernidad prácticamente tenemos un siglo de
atraso como sociedad en la forma de asumir la actividad científica, para el
Ananias Escalante (2000) “el que desea hacer ciencia en Venezuela,
tiene que entender que mas que incorporarse a algo debe estar dispuesto a
generarlo, es difícil reducir la ciencia
a los artículos cuando hay un montón de problemas sin resolver, muchos
de ellos fuera del alcanza de nuestra acción”.
Para
el investigador Ismardo Bonalde quien es
titular del Centro de Estudios Avanzados (IVIC), Anualmente varios
científicos venezolanos se preparan para desarrollar y emprender nuevas
investigaciones para contribuir con la comunidad científica mundial, no
obstante, son varias las trabas que dificultan que esta actividad se desarrolle
adecuadamente. Después
de un crecimiento sostenido hasta el 2008, la comunidad científica presenció
una caída brusca en la producción de investigaciones de ciencia y tecnología.
“En el 2008 se produjeron 1.600 artículos, mientras que en el 2012 tan solo
1.000”, lo que reflejada la poca
producción de artículos científicos en relación a los años anteriores, muchos
de los recursos que otorga el Gobierno se destina al gasto social y no a la
investigación y el desarrollo de tecnologías y métodos preventivos.
Lamentablemente, la falla no solo está en el financiamiento de las investigaciones Bonalde comenta que también ha disminuido la cantidad de personas que generan conocimiento hoy hay menos científicos reales que produzcan conocimiento, muchos se han ido del país y otros se han jubilado, tampoco hay generación de relevo”, advierte el investigador del IVIC. “Necesitamos planes de beca, sostenidos y fundamentados”. Por otra parte, también necesitan financiamiento de equipos óptimos para realizar dichas investigaciones, un ejemplo real de lo anteriormente descripto es el mismo IVIC, cuenta con más recursos que las universidades, pero no llega a 200 investigadores, lo que limita su campo de acción.
Lamentablemente, la falla no solo está en el financiamiento de las investigaciones Bonalde comenta que también ha disminuido la cantidad de personas que generan conocimiento hoy hay menos científicos reales que produzcan conocimiento, muchos se han ido del país y otros se han jubilado, tampoco hay generación de relevo”, advierte el investigador del IVIC. “Necesitamos planes de beca, sostenidos y fundamentados”. Por otra parte, también necesitan financiamiento de equipos óptimos para realizar dichas investigaciones, un ejemplo real de lo anteriormente descripto es el mismo IVIC, cuenta con más recursos que las universidades, pero no llega a 200 investigadores, lo que limita su campo de acción.
Ahora bien, se han preguntado cuanto destina
el estado como aporte presupuestario hacia las universidades, partamos entonces de la siguiente comparación; las
llamadas naciones más desarrolladas invierten el 2,5% de su producto interno bruto (PIB) en lo
referente a las labores de ciencia y tecnología, mientras que las menos
industrializadas dedican al menos 0,4% a este renglón, exceptuando a Argentina,
Brasil, India, que invierten entre 0,1% a
0,2%, en el caso venezolano y a pesar de gran bonanza petrolera que ha
experimentado el país en estos últimos años, la fracción de nuestra
riqueza que va destina a ciencia y a
tecnología ha sido inferior al 1% del
PIB, que la Unesco establece como minino recomendable
De
acuerdo con Scimago Instituciones Rankings, una plataforma de evaluación para
analizar los resultados de la investigación de las universidades e institutos
de todo el mundo, en 2011 Venezuela descendió al séptimo lugar en América
Latina en cuanto a producción científica. Brasil lidera la región, seguido de
México, Argentina, Chile, Colombia y Uruguay. En esa lista, la UCV se encuentra
en la posición 80 de 469 universidades en Iberoamérica, y en el lugar 39 de 386
institutos de educación latinoamericanos.
En
relación con 2008, cuando llegó a su tope con 360 artículos, la Universidad
Simón Bolívar redujo en 44% su trabajo investigativo en 2012. Hoy, aunque ocupa
la segunda posición en el país con la producción de 200 artículos científicos
en 2012, se encuentra en el puesto 110 del contexto iberoamericano y en el 57
del latinoamericano Le sigue de cerca la Universidad de Los Andes, con 120
artículos realizados en 2012, frente a las 240 publicaciones que logró en 2008 La
Universidad de La Habana, en Cuba, superó a la Universidad Zulia en un puesto
por encima en producción científica en el ranking Sir Iber 2013, en el que
ocupa el lugar del 67 del contexto latinoamericano.
El
año pasado la Universidad del Zulia publicó 130 artículos, mientras que en 2008
llegó a elaborar 240 trabajos, es importante señalar que en este momento, los informes SIR son la
clasificación de instituciones más completa del mundo dedicados al análisis de
los resultados de investigación de las organizaciones. Otra de la causas de la
desinversión en el campo de la investigación científica se debe a la
modificación de la Ley Orgánica de Ciencia y Tecnología, aprobada por el
Ministerio de Ciencia y Tecnología en 2010, estatuto que prohíbe a
empresas privadas contribuir económicamente en los planes y proyectos
científicos en universidades e institutos. “Vivimos en el siglo XXI, es
decir en la era del conocimiento y la tecnología, valores que permiten a una
sociedad progresar y desarrollarse. Mientras un país no reconozca a la ciencia
y la tecnología, sencillamente se quedará estancada en el siglo IXX
En
este sentido, el ámbito universitario y de acuerdo con el boletín digital n°
119, del año 2011 emitido por las coordinaciones de las áreas de investigación
de la UNEG y la Unexpo alertaban sobre
las consecuencias de una cada vez menor asignación de recursos para estos
departamentos, las universidades representan para un país más que un espacio de
reproducción de saberes; son también un punto de discusión, concertación y,
sobre todo, entes creadores de nuevos conocimientos.
En
vista de todo el panorama descripto
anteriormente, usted amigo lector se preguntara ¿y entonces para que
seguir apostando a la ciencia, si a fin y cabo no es considerada como pilar
fundamental en nuestra sociedades? ¿Cómo
estimular su aplicación y desarrollo en el tiempo. La respuesta estas
interrogantes esta de igual modo en lo anteriormente señalado, incentivar la
curiosidad, lograr una extrema colaboración entre el estado y la empresa
privada, mejorar el sistema educativo en sus diferentes etapas y a esto me
refiero actualizar los programas
educativos, aplicar mas el pensamiento lógico, motivar al alumnado a
investigar, premiar sus esfuerzos, publicar sus logros científicos, buscar
colaboración internacional, mejorar las estructuras de los planteles educativos
e investigativos.
De
igual modo, la investigación en las instituciones de educación superior, deben
constituir el centro esencial para la formación de los profesionales en todos
los campos del saber, ya no se concibe un profesor universitario dedicado sólo
a la docencia o a la transmisión de conocimientos, se requiere de docentes
activos que investiguen y conviertan sus estudiantes de oyentes pasivos en
coinvestigadores activos, integrando así la docencia y la investigación. Para
concluir, es importante recordar
que sólo mediante la investigación se podrá formar el recurso humano, a nivel
de especialistas, con la alta calidad que el país requiere, del mismo modo se
debe reconocer que la investigación es de importancia vital en los estudios de
postgrado; no es posible tener egresados de alto nivel si no se investiga.
¿Cómo entender entonces que se permita la creación de postgrados en
universidades sin trayectoria en la investigación?.
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